Provocaciones: Anselm Kiefer en el Met Breuer

Anselm Kiefer (Alemania, nacido en 1945). Paisaje de invierno, 1970. Acuarela, gouache, y grafito sobre papel. The Metropolitan Museum of Art, Denise and Andrew Saul Fund, 1995. ©Anselm Kiefer

Provocaciones: Anselm Kiefer en el Met Breuer ‘Provocaciones: Anselm Kiefer en The Met Breuer’ presenta 34 obras sobre papel y una pintura del artista alemán, todas de la colección The Met. Del 13 de diciembre de 2017 al 8 de abril de 2018]]>

Fuente: The Met Breuer

Anselm Kiefer (nacido en 1945) se ha enfrentado y ha luchado con el pasado a lo largo de toda su carrera. En 1969, cerca de finalizar sus estudios en la Academia Estatal de Bellas Artes en Karlsruhe, Kiefer se fotografió con el uniforme de Wehrmacht de su padre, posando frente a monumentos históricos y paisajes marinos románticos en Europa, con el brazo extendido en un ilegal saludo Nazi. Seis años más tarde, el artista seleccionó 18 de estas imágenes para un ensayo fotográfico titulado «Ocupaciones», que se enfrentó a una enorme protesta pública. De hecho, aunque la provocación artística de Kiefer contradecía el intenso proceso de desnazificación de la posguerra, que incluía la eliminación y destrucción de los signos ofensivos de esa infame parte de la historia de Alemania, también era una denuncia oportuna de un tipo de amnesia colectiva que se había apoderado de Alemania Occidental en la década de los 60 y 70.

Durante la década de los 80, en su continua búsqueda por desenterrar el pasado, Kiefer comenzó a reutilizar viejas fotografías para crear nuevos proyectos, y también para ampliar sus medios artísticos. Agregó nuevos materiales, como tierra, plomo y heno, y se acercó a sus obras de forma casi alquímica. También recurrió a temas monumentales (incluida la arquitectura, la cosmología y el misticismo) para reflexionar más sobre el tiempo y la existencia. Mientras su ambición crece en escala -sus proyectos requieren el uso de un estudio completo de 36,000 metros cuadrados en las afueras de París- su arte, particularmente a través de sus superficies trabajadas y en capas erosionadas por el tiempo y la naturaleza, sigue siendo una consideración visceral y poética del pasado como un medio para comprender nuestro presente colectivo y, por implicación, nuestro futuro. La exposición también ofrece una oportunidad para reflexionar sobre la conflictiva historia que tratamos de comprender hoy en día.

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