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‘Francis Bacon: De Picasso a Velázquez’ en el Museo Guggenheim Bilbao

Francis Bacon - Tres estudios para una Crucifixión, 1962

Francis Bacon
Tres estudios para una Crucifixión
(Three Studies for a Crucifixion), 1962
Óleo sobre lienzo, tríptico
198,1 x 144,8 cm, cada uno
Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York, 64.1700
© The Estate of Francis Bacon. Reservados todos los derechos.
DACS/VEGAP, Bilbao, 2016

Diego Velázquez - El bufón el Primo, 1644

Diego Velázquez
El bufón el Primo, 1644
Óleo sobre lienzo
106.5 x 82.5 cm
Museo Nacional del Prado, Madrid

Francis Bacon: de Picasso a Velázquez El Museo Guggenheim Bilbao presenta ‘Francis Bacon: de Picasso a Velázquez’, una exposición de cerca de 80 obras de Francis Bacon, junto con la obra de maestros que tuvieron gran ascendente en su carrera. Del 30 de septiembre 2016 al 8 de enero 2017.]]>

Fuente: Museo Guggenheim Bilbao

Transgresor con su vida y con su obra, Bacon cruzó algunas fronteras hasta entonces difíciles de vulnerar, situando al ser humano ante un espejo en el que pudiera contemplarse de forma cruda y violenta.

Francis Bacon era un ferviente francófilo. Ávido consumidor de literatura francesa de autores como Racine , Balzac , Baudelaire y Proust y apasionado del arte de Picasso y Van Gogh, afincados en Francia, y de pintores que les precedieron como Degas, Manet, Gauguin, Seurat y Matisse, Bacon vivió y visitó en numerosas ocasiones Francia y el principado de Mónaco. Siendo un adolescente , descubrió cerca de Chantilly la «Masacre de los inocentes» (1628-1629) de Nicolas Poussin y en 1927 tuvo un encuentro revelador con la obra de Picasso , cuando visitó la exposición Cent dessins par Picasso en la galería Paul Rosenberg de París, que de hecho le llevó a la decisión de iniciar su carrera como pintor. En 1946 dejó Londres por Mónaco, donde viviría tres años cruciales en su carrera y donde regresaría regularmente hasta 1990. Bacon siempre consideró su retrospectiva de 1971 en el museo Gran Palais de París como la cúspide de su carrera, a pesar de coincidir con uno de los momentos más trágicos de su vida, la muerte de quien fue su pareja, y de haber tenido importantes retrospectivas en Londres y otras ciudades . Además, a lo largo de su carrera Francis Bacon fue intensificando sus relaciones en la capital francesa, como atestiguan los retratos de sus amigos parisinos y el hecho de que mantuviera un estudio en Le Marais hasta 1985

En cuanto a la influencia de la cultura española en Bacon, más allá del primer contacto con la obra del Picasso de los años 20 y 30, tuvo su máxima evidencia en su obsesión por el retrato que Velázquez pintó en 1650 del Papa Inocencio X , en torno al cual llegó a realizar más de cincuenta obras. Curiosamente, Francis Bacon nunca vio este lienzo de Velázquez que se encuentra en la Galería Doria Pamphilj de Roma, ya que cuando tuvo la posibilidad de hacerlo durante su visita a la capital italiana en 1954 , prefirió seguir manteniendo en su memoria las reproducciones en vez del cuadro original. Además de Velázquez, también le fascinaron otros clásicos de la pintura española como Zurbarán, El Greco o Goya, artista este último al que admiró ampliamente en el Museo del Prado, un museo que pidió visitar en solitario pocos años antes de su muerte, tras ver la muestra retrospectiva organizada en 1990 sobre la obra de Velázquez. Francis Bacon falleció en una breve visita a Madrid en 1992, y a pesar de que nunca mantuvo una residencia estable en España, sí se le conocen algunas estancias largas en Málaga y visitas a Sevilla, Utrera o Madrid.

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