DANIEL RICHTER. HELLO, I LOVE YOU
Vista de la exposición
DANIEL RICHTER.
Hello, I love you, 2015
Daniel Richter en el Schirn Kunsthalle de Frankfurt Del 9 de octubre de 2015 al 17 de enero de 2016, el Schirn Kunsthalle de Frankfurt muestra las nuevas pinturas de Daniel Richter en la exposición individual ‘Hello, I love you (Hola, te quiero)’.]]>
Fuente: Schirn Kunsthalle de Frankfurt
Alrededor de 30 pinturas, que se presentan al público por primera vez en el Schirn, marcan una nueva etapa en la obra del artista. Daniel Richter (* 1962) es uno de los artistas más influyentes de su generación; desde finales de los 90 sus obras han aparecido en numerosas exposiciones. En sus nuevas obras Richter rompe con todo lo que le resultaba familiar en su pintura hasta entonces. En los últimos dos años se ha centrado en una pregunta que representa un reto para él: «¿Cómo puede una imagen reducirse formalmente mientras al mismo tiempo es reforzada en cuanto al contenido» En su búsqueda de respuestas y soluciones, Richter ha desarrollado un nuevo lenguaje pictórico que desafía los motivos habituales y los métodos de pintura, así como los colores conocidos y temas. Sus obras se caracterizan por una complejidad estilística notable y por su versatilidad: Desde aproximadamente el año 2000, Richter enfrenta las pinturas abstractas ornamentales creados a partir de mediados de la década de los 90 con obras de gran formato, más fuertemente figurativas y narrativas de una realidad socio-política.
La nueva serie incluye dos grupos de obras. En uno de ellos Richter se centra en la observación del cuerpo y la corporalidad. En sus obras anteriores, el cuerpo humano era fuertemente contorneado y siempre incrustado en una narrativa de orden superior. Richter ha conservado el carácter descarnado de las figuras, pero ahora va más allá. Su interés reside sobre todo en la superficie. El artista permite que las formas acusenla falta de definición y por lo tanto provoca que los datos se diluyan. De esta manera fragmentada, lo físico destrozado prevalece. Las figuras son planas y entrelazadas; las formas chocan sin piedad entre sí y hacen alusión a la sexualidad humana no controlada, que se convierte visualmente en pornografía.
Richter desarrolló sus últimos trabajos comenzando con la línea y la pintura. En sus nuevas obras de líneas, éstas no son sólo un medio puramente formal de reducción, sino también el punto de partida para el diseño pictórico. Al mismo tiempo simboliza las ideas de Richter sobre los sistemas pictóricos y los esquemas que ayudan a los seres humanos a comprender y representar gráficamente los fenómenos de la realidad. Esto último se hace especialmente claro en el otro grupo de obras. Sobre la base de diagramas con que los datos, contenido o información se visualizan, Richter pinta áreas amorfas sobre un fondo blanco y negro. Las obras recuerdan mapas o representaciones de los límites territoriales. Todas las pinturas de la nueva serie impresionan por su materialidad. Richter prescinde casi totalmente de la pintura con pincel. Richter también evita un simbolismo claro y no deja lugar a interpretaciones anecdóticas. Y así sus cuadros reflejan su actitud enérgica ante el arte y el mundo.
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