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Cine Expresionista Alemán – de Caligari a Metrópolis

Cine expresionista en Alemania, 1917-1929

Publicado en mayo de 2006

Tras la Primera Guerra Mundial, y hasta el apogeo del nazismo en los comienzos de la década de los 30, Alemania fue el lugar de nacimiento de un nuevo estilo de hacer películas basado en las características estilísticas del movimiento expresionista, tal como el uso del chiaroscuro, las atmósferas oníricas y los exagerados ángulos y composiciones. La fecha exacta del nacimiento de este movimiento se sitúa en torno a 1917, cuando la Universum Film AG (UFA) fue fundada por el gobierno y el ejército alemán.

Existen una infinidad de estudios en profundidad acerca e este movimiento en libros, revistas e incluso Internet, pero este pequeño ensayo trata sólo de las reflexiones personales del autor acerca de las películas que tuvo oportunidad de ver -y disfrutar.

Caligari
Despierta, Cesare! El gabinete del Dr. Caligari (1919)

Caligari! CALIGARI!!

Dirigida en 1919 por Robert Wiene, El gabinete del Doctor Caligari es el filme más paradigmático del temprano cine expresionista alemán.

Breve resumen argumental: una feria ambulante visita un pequeño pueblo alemán. La principal atracción de dicha feria es el stand del Doctor Caligari, donde se publicita a un sonámbulo llamado Cesare (Conrad Veidt). Uno de los visitantes le hace al susodicho sonámbulo una pregunta tremendamente sesuda: «¿Cuánto voy a vivir?», a lo que el freak responde: «Morirás mañana.» Curiosamente, el preguntante -en vez de troncharse de risa- parece muy preocupado por la predicción del sonámbulo. También curiosamente, muere al día después.

La dirección artística de la película corrió a cargo de Walter Reimann y Walter Roehrig, antiguos componentes del «Der Sturm group», movimiento expresionista berlinés, que incluía artistas de la talla de Bruno Taut o Herwarth Walden. Ambos crearon un ambiente original y fantástico que llena la película de un ambiente delirante, y enfatiza la autodestrucción mental del protagonista.

Caligari
Cruzando el puente: fantásticos decorados en Caligari

La brutal dominación de Caligari sobre su sonámbulo/zombie Cesare es fácilmente interpretable como una metáfora de los regimenes fascistas y autoritarios que surgieron en Europa en la primera mitad del siglo XX, tal como ha explicado Siegfried Kracauer en su famoso libro De Caligari a Hitler.

«Y cuando hubo cruzado el puente, los fantasmas salieron a su encuentro.»

No me preguntéis cómo, pero hace unos años tuve la suerte de que cayera en mis manos una copia de la más temprana de las películas de Friedrich Murnau que ha sobrevivido: Schloß Vogeloed (El castillo encantado ). No es que me sintiera entusiasmado por el film, pero la belleza de las fotografías, el extraño y perturbador final, y el llamativo uso del claroscuro fueron suficientes para introducirme en el universo de Murnau, que alcanza su cenit con la película que revisaremos ahora.

El castillo encantado
«Es él !» Schloß Vogeloed (El castillo encantado) de Murnau

Un año después de completar Schloß Vogeloed , Murnau estaba preparado para filmar su indiscutible obra maestra: Nosferatu, eine symphonie des grauens está basada en la novela Drácula , de Bram Stoker, pero un litigio con la viuda del escritor forzó a Murnau a cambiar algunos detalles del film, tal como el título o el nombre del protagonista (Conde Orlok, en vez de Conde Drácula) Sin embargo, esto no fue suficiente, y, debido al juicio, casi todas las copias de la película fueron destruidas. La Deutsche Film Production fue capaz de salvar una de ellas, y el film fue estrenado al fin en los Estados Unidos en 1929.

La increíble interpretación de Max Schreck como el siniestro Conde Orlok (extremadamente delgado, pálido, dientes de rata, nariz de cuervo, como una versión transilvana del Señor Burns de los Simpsons), el encanto de los paisajes y la belleza y lirismo de los textos colocan a la película en la cumbre del género de terror. Nosferatu es la más crítpica y necrofílica, pero también onírica y romántica de todas las películas basadas en el vampiro transilvano, una obra maestra que ni Tod Browning, Terence Fisher o Francis Ford Coppola han sido capaces de superar.

Nosferatu
El despertar del monstruo: el terrible Nosferatu
Nosferatu
Gerhard Ritcher? No, es la «adorable» Transylvania (Nosferatu)

Metropolis

Junto a 2001, odisea en el espacio (1968) de Stanley Kubrick, y Blade Runner (1982) de Ridley Scout, Metropolis de Fritz Lang está considerada la cima del no siempre bien llamado cine de ciencia ficción. La influencia en los dos filmes posteriores es evidente: las secuencias iniciales del Los Ángeles oscuro, futurista y neo-industrial parecen rendir tributo a los paisajes urbanos de Metropolis (veáse fotografía izquierda), mientras que en la obra maestra de Kubrick el homenaje se encuentra incluso en el título: 2001 se ambienta en dicho año en homenaje a la película de Fritz Lang, situada en el año 2000.

Metropolis
Bienvenido a la ciudad de los muertos… o los obreros (Metropolis, 1926)

Pero mientras que las «predicciones» de Blade Runner y 2001 han resultado bastante erróneas (los replicantes -que yo sepa- aún no están ni en fase de proyecto, y Saturno aún resulta bastante inalcanzable), la visión fatalista que Metropolis hace de los abusos a los que la clase obrera es sometida es una cruel metáfora aún válida en nuestros días. Casi 40 años después, y sin hacer referencia a la película, Julio Cortázar escribió en una carta una cita que resume por si misma el mensaje trágico de Metropolis: «la humanidad comenzará verdaderamente a merecer su nombre el día en que haya cesado la explotación del hombre por el hombre»

Metropolis
Blade Runner antes de Blade Runner: increíble Metropolis

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